Luego de escribir el cuento, lo primero que debo hacer cuando el cuento está listo para ilustrar, es organizar cómo colocaremos el texto en cada doble página para que el ritmo de la lectura sea agradable y no este todo siempre en el mismo lugar. Lo hago en un cuaderno a mano primero para ver cómo se sienten todas las paginas juntas y luego armo un .pdf en la computadora. Esto normalmente cambia con el tiempo, mientras vamos trabajando con el cuento y definiendo las ilustraciones, pero ayuda a poder empezar.
En este punto empiezo a ponerme nerviosa ya por la emoción de conocer por fín a los personajes por primera vez.
Pablo trabaja con el .pdf de esta manera, así el visualiza las ilustraciones juntas y se plantea el ritmo del cuento completo. Los escritores normalmente no son parte de este proceso, ya que las editoriales son las encargadas de trabajar con los ilustradores directamente, en la mayoría de los casos. Y yo creo que una de las cosas que más disfruto de cada libro que publicamos independientemente es poder ser parte de todo esto. Poder opinar, aportar, decidir, preguntar, proponer y trabajar mano a mano con Pablo Pino.