Curiosa por saber por qué no teníamos un elefante en República Dominicana y con un enorme deseo de mostrar a Max uno de verdad, empecé a leer mucho sobre ellos. Descubrí lo impresionantes que son y también, lo increíblemente en peligro que están…
A partir de ahí me puse a seguir diferentes cuentas sobre ellos, como @96elephants (Instagram) y me involucré de diferentes maneras para hacer algo al respecto.
Pronto ya estaba investigando sobre muchos otros animales salvajes que están en la misma situación o peor y no pude evitar sentir que Tuntun me estaba diciendo algo: «No estoy solo».